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martes, 1 de enero de 2013

LOS OLVIDADOS


No me voy a referir a la inmortal obra de Luís Buñuel, en la que se retrataba la cara más sórdida de la ciudad de México en 1950 y que fue desacreditada por el Gobierno de entonces porque  “denigraba al país”.

En esta ocasión recordaremos a los personajes (y personajas) que en algún momento causaron revuelo por sus actos y rimbombantes y explosivas declaraciones que hicieron temblar en su centro la tierra pero que ahora, su recuerdo se encuentra cubierto por la gruesa capa de polvo del olvido.

Se hace la advertencia que no son todos los que están ni están todos los que son.

Dicho lo anterior, va de cuento.

Guadalupe Acosta Naranjo. Ingenuo panzón que ilusamente pensó que llegaría a ser Gobernador de Nayarit y que,  junto con la insigne ex Diputada Mary Telma Guajardo, metieron de contrabando a la Cámara de Diputados  y mantuvieron escondido durante tres días en la oficina del gordo al narco-Diputado Julio César Godoy, con el noble fin de que obtuviera fuero y pudiera pintarles un violín a las autoridades que querían apañarlo.

Rosario Ibarra. La entonces famosísima “Nana Berrinches”, plañidera profesional que ha hecho de la desaparición de su hijo su modus vivendi y que al grito de “vivos se los llevaron y vivos los queremos”, ella, junto con otras escandalosas madres de delincuentes,  de vez en cuando alegran los aburridos mítines del iluminado y sus matraqueros.

Gerardo Fernández Noroña. El único perro parlante que ha pasado por la Cámara de Diputados y cuyas emotivas intervenciones provocaban la hilaridad de los padres de la Patria cuando las sesiones estaban más abarridas que de costumbre. Habría que preguntarle qué se siente ser perro sin fuero.

Laura Itzel Castillo.  Nuestra Belleza de la LXI Legislatura de la Cámara de Diputados y otro de los ejemplares del zoológico del PG que, cuando subía a la tribuna, terminaba al borde de la embolia. Lástima que sea hija  de Don Heberto Castillo, verdadera y gran figura de la izquierda mexicana y que seguramente daba de brincos en su tumba en cada intervención de su deschavetada descendiente.

Mario Di Constanzo. Otro de los acérrimos defensores del Mesías Tropiloco  y que cada vez que abandonaba la tribuna de la Cámara de Diputados, dejaba un charco verde-amarillento, producto de la bilis que destilaba por quítame estas pajas.

A estos tres últimos ¿Cómo les pagó el Mesías sus afanes y su rabiosa defensa? Pues como él sólo sabe hacerlo es decir, con una amorosa patada en el trasero.

Francisco Hernández Juárez. Insigne redentor y sempiterno dirigente del Sindicato de Telefonistas, que desde hace 38 años es adorado (según él) por los trabajadores y al que no le interesa que lo olviden, pues ha acumulado el suficiente dinero para retirarse y mantener a cuarenta generaciones de flojonazos familiares y contlapaches. Y pensar que su antecesor sólo llevaba quince años en el cargo cuando lo corrió.

Julio César Godoy. Desaparecidito ex Diputado que con una pequeña ayuda de sus amigos pudo tomar posesión y que ahora no se sabe si está muerto o anda de parranda.

Jorge “El Bofe” Kahwagi. Celebérrimo ex Diputado, boxeador, empresario, dirigente partidista, socialité y calenturiento acosador de actricitas, a quien seguramente tampoco le interesa ser olvidado, pues tiene más millones de que una inyección de penicilina.

Luís Echeverría. Ex preciso que por más que los rabiosos izquierdosos quisieran ver entambado o en pijama de madera, como Johnny Walker, sigue tan campante.

Vicente Fox. Folclórico ex presidente que de vez en cuando sale a rebuznar para que el paisanaje no se olvide totalmente de él.

Aún faltan infinidad de próceres pero como ya me encabrité, lo mejor será olvidarlos.


Regalo de Año Nuevo. Por fin, después de varios días de incansable trabajo y desvelos, los eficientes Diputados de la Ciudad de Vanguardia aprobaron el presupuesto para el año 2013.

Se les cebó querer cobrarnos un impuesto por el alumbrado público, pero los sufridos habitantes del Distrito Federal no se iban a ir limpios.

Con el pretexto de que no hay lana, se aprobó que pagaran tenencia los vehículos con un valor de 250 mil pesos para arriba, cuando en 2012 fue a partir de 350 mil pesos.

Ah, pero eso si. Siempre habrá presupuesto para pistas de hielo, infectas playas artificiales, mega-tibiris en el Zócalo, mega roscas de reyes rociados con leche Betty y bailes en honor de cursis quinceañeras barriobajeras.