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viernes, 13 de febrero de 2015

Los Tres días del Mono o Regreso al Planeta de los Simios.

Cero y van… ya perdí la cuenta.

Para los que extrañaban el espectáculo de estos jijos de la monada, los maistros oaxacos, como las golondrinas que retornan a San Juan Capistrano, regresaron nuevamente para desquiciar aún más a los de por sí desquiciados habitantes de este sufrido DF.

En esta ocasión, la visita se convirtió en una historia que ni Edgar Allan Poe o HP Lovecraft se hubieran imaginado en sus delirios más mafufos.

Miles de capitalinos vieron con horror a las hordas de semihumanos que arrasaron con todo lo que se les pusiera por delante, mientras que las autoridades federales y locales, como el chinito, nomás milaban.


Día 1.


Llega la marabunta calculada en cinco mil gorilas rasurados, quienes con primitivas armas tomaron el Paseo de la Reforma y después de doce horas de chillar histéricamente y arrasar con todo lo que se les ponía enfrente, se echaron sobre el arroyo vehicular deteniendo la circulación en gran parte de la ciudad.


Lo extraño del asunto es que estos animalejos se resguardaron en tiendas de campaña nuevas, lo que los desconcertó tanto que, acostumbrados a vivir en cuevas, no hallaban como entrar o salir. Estas tienen un costo de más o menos tres mil varos cada una  y calculando a ojo de buen cubero unas 2,500 tiendas la pregunta es ¿Quién pompó?

Viendo esto, ahora sí, el Secretario de Gobierno del DF se puso severo y les dijo que les daba dos meses para que llevaran sus chivas a otra parte o, de lo contrario, serían desalojados a punta de diálogo.

Aún con esta terrible amenaza los tróglodas no se intimidaron, por lo que la autoridad les dio… otro plazo.

Como siempre, la siempre eficiente Secretaría de Gobernación ofreció la realización de una mesa de negociación con la participación del chinito Chong Ki Fu y el macaco líder de la Sección 22 de la CNTE, Rubén Núñez.


Día 2.


Este día a los simio-maistros se les antojó desayunar plátanos asados y tal parece que les gusta el sabor a fierro, pues agarraron como olla uno de los jarrones de bronce que adornan el Paseo de la Reforma desde el siglo XIX y lo dejaron peor que cazo de cocina económica.

Una vez consumidos sus sagrados alimentos, alegremente comenzaron su día con otra marcha que terminó de picarnos el hígado a todos los capitalinos que clamamos como el Wash and Wear, “Diosito santo, por favor mándales un rayo a estas bestias bípedas”. (Los de mi generación entenderán perfectamente la referencia),

En la mesa de negociación se  dijo que a 3,600 profes oaxacos integrantes de la H. Fuerza Aérea del Estado no se les había pagado, pero al hacer la cuenta resultó que solamente a 284 se les adeudaba lo que encabritó en gran medida al dirigente, al que tuvieron que darle un pedazo de bolillo para que se le recogiera la bilis.



Ahora sí se le dio la orden a la policía federal y local para que aplacara a estos bichos, por lo que tuvieron que replegarse al Monumento a la Revolución que nuevamente se convirtió en el santuario de mandriles más grande del mundo.


Para los que tengan la desgraciada necesidad de transitar por estos rumbos, se les reitera el consejo brindado en alguna ocasión. Lleven siempre una bolsa de cacahuates y una de plátanos para que se los avienten en cuanto vean que se les acercan con tétrica  mirada y babeantes fauces de chacal hambriento.

Como siempre los H. organismos de defensa de derechos humanos estuvieron pendientes de que no se violaran sus ídem, lo que de inmediato trajo a mi memoria aquella célebre frase que le hizo ganar la elección a un ex Gobernador del Estado de México. “Los derechos humanos son para los humanos, no para las ratas”.


Día 3.



Por fin terminó la pesadilla. Los maistros levantaron sus chivas y regresaron a la selva oaxaqueña.

Pero nos dejaron de recuerdo un coraje entripado, caos vehicular y una montaña de basura, cuya limpieza tendremos que pagar los que si pagamos impuestos.


Por este motivo tuvieron que hacerle un peeling con una mezcla de sosa cáustica, creolina y lejía al piso de Paseo de la Reforma y del Monumento a la Revolución, para acabar con toda la mugre y alimañas que pudieron haber dejado estos chúntaros.

No se dieron a conocer oficialmente los acuerdos a los que se llegó, pero el primo del tío, del hermano, de un amigo que es  agente del Mossad, contratado por la CIA y que está comisionado en el CISEN  pero cobra en la PBI, me los filtró como primicia y próximamente serán publicados en Wiki Lokis.

Ahí les van para que se den un quemón:

1. Las reuniones comenzarán a las 8.00 hrs. en punto. A esta hora se cerrarán las puertas y ya no dejarán entrar al que llegue tarde.

2. Los días lunes, miércoles y viernes se servirán huevos rancheros en el desayuno, los martes y jueves tlayudas con cecina. Eso sí, con bebidas light para que Rubén Núñez no engorde más, pues se convirtió en comedor compulsivo por la preocupación de que no les pagaran a sus muchachitos.

3. Si las reuniones se prolongan más allá de las 12.00 hrs., ambas partes decidirán, mediante democrático volado, quién pagará la comida. Los chescos corren por cuenta de la SEGOB.

4. Los héroes de la toma de Paseo de la Reforma serán atendidas en los mejores hospitales de EU, para que se repongan totalmente de la asoleada que puso en grave peligro sus vidas y así estar seguros que no habrá secuelas irreparables.

5. Cualquier diferencia entre las partes será zanjada mediante un partido de pelota olmeca en la explanada del Monumento a la Revolución.

6. Una vez firmados los correspondientes acuerdos Rubén Núñez,  vestido como Vicente Guerrero y Miguel Ángel Osorio, caracterizado como Agustín de Iturbide, representarán el Abrazo de Acatempan para la foto del recuerdo.


Fin de fiesta.

Se fueron los simpáticos maistros pero no por mucho tiempo pues los tendremos de vuelta en el mes de mayo, cuando los recibiremos con los brazos abiertos y una dotación de vacunas contra la rabia.