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domingo, 29 de junio de 2014

THE DREAM IS OVER


Por la mañana se respiraba un aire festivo y de optimismo, pues pocas horas después el tres veces H, Tri jugaría este día con grandes posibilidades de alzarse con un apoteósico triunfo frente a la selección de los tulipanes, lo que demostraría que la contundente victoria conseguida ante la poderosa escuadra de Croacia no había sido sólo casualidad.

Cuando salí a comprar el periódico todos los vecinos aficionados al deporte de las patadas se preparaban como Dios manda para el gran acontecimiento, es decir, armándose con la clásica cubeta de chelas y la dietética botana consistente en papas fritas, chicharrones, carnitas y otros comestibles de moderación, que son compañeras inseparables en un domingo futbolero.

Al regresar me encontré con una escena de lo más kitsch, un vecino que había sacado a pasear a su perro ataviado con la playera de la selección (el perro, no el vecino), lo que demostraba que hasta los animales confiaban en el triunfo del equipo de  todos.

Y como no hay plazo que no se cumpla, dieron las 11.00 de la mañana y llegó el momento de la verdad.

Como ya lo había comentado anteriormente me viene wilson la actuación del Tri, por lo que mejor me dispuse a leer un  buen libro.

Lo primero que agarré fue “La Feria” de Juan José Arreola, un libro que siempre que empiezo a hojearlo termino por leerlo completo.

Algunos minutos después de iniciada mi lectura se escuchó esplendoroso el  anhelado grito de “gooooooool" surgido de las gargantas y corazones de la fanaticada, que me hizo brincar del asiento y ladrar a todos los perros de los alrededores.

Todavía taquicárdico seguí con mi lectura  y cuando me di cuenta ya eran las tres de la tarde y como ya no se habían escuchado más gritos, pensé que por fin el equipo tricolor que tiene mucho corazón por fin había acabado con la tradición del “ya merito”.

Pero oh fatalidad, nuevamente se presentó la maldición de los octavos de final y en esta ocasión los ratones verdes se empacharon con el queso holandés y se quedaron otra vez en la orilla.

Las matracas callaron y los fans sintieron que se hundían en un abismo profundo y negro como su suerte. Lo que la miércoles pasado era alegría hoy era profunda tristeza y por la tarde cayó una pertinaz lluvia que comprobó que hasta Tláloc estaba con el Tri y lloró con la derrota.

El paletero del rumbo que la semana pasada había elaborado una edición especial de paletas tricolores de limón verde, limón blanco y grosella que  tuvieron gran éxito, ahora no sólo estaba triste por la derrota, sino porque se le había quedado toda la mercancía.

Los pocos que estaban en la calle deambulaban como perros sin dueño y algunos se me quedaban viendo feo porque no mostraba pesar, por lo que mejor regresé a la casa, pues no me fueran a apedrear.

Le pregunté a un vecino que pasó junto a mí si se le había muerto un pariente y cuando me comentó el motivo de sus cuitas no sé que cara habré puesto, pues me dijo que sólo Dios conocía el alma que bullía dentro de cada fanático.

Mejor aquí la dejamos y con mis mejores deseos para toda la fanaticada para que tenga una pronta resignación  y para que dentro de cuatro años las cosas sean diferentes.


El Top 10.

Las canciones más escuchadas esta día-

Cry- Janis Joplin.
Cry , baby, cry.- The Beatles.
Tears in heaven- Eric Clapton.
Don´t cry- Guns N´Roses
Boys don´t cry- The Cure

Y para los autóctonos:

Mi corazón lloró- King Clave.
Los hombres no deben llorar- King Clave.
Llorarás- Javier Solís.
Penas- Sandro.
Sufrir-Los Solitarios.

lunes, 23 de junio de 2014

LA FIEBRE FUTBOLERA

Las armas nacionales se han cubierto de gloria. Gral. Ignacio Zaragoza. 5 de mayo de 1862.

Las patas nacionales se han cubierto de gloria. Miguel “El Piojo” Herrera. 23 de junio de 2014.

A riesgo de que me la mienten y me digan que no soy mexicano, a mí me viene wilson lo que le pase al Tri en el Mundial de Futbol.

Yo soy de aquellos raros bichos a los que no les gusta el futbol, las corridas de toros, el tequila y los mariachis. Cuando digo esto, algunos se ponen “joscos” y otros de plano me echan bronca. Pero ni modo, así soy y que.

Para ser lunes, la ciudad amaneció muy tranquila y aun cuando todavía no se aplican las draconianas medidas del Hoy no Circula (cortesía del Dr. Mensera), en la mañana no se presentó el habitual tráfico de inicio de semana.

Casualmente, este día mucha gente se reportó enferma en sus lugares de trabajo y otros de plano hicieron San Lunes, preparándose desde temprano para disfrutar de la gran justa futbolera, equipándose con la respectiva cubeta de chelas, carnitas y cómodamente amarranados en el su sillón favorito.

Millones de almas (menos una, la mía) se conmovieron hasta las lágrimas cuando el árbitro silbó el final del partido en que la sacrosanta selección mexicana (así, con minúsculas) selló con un contundente 3-1 la victoria contra la potencia futbolera de Croacia (nomás pregunten a cualquiera de los fans dónde queda este país, a ver que les dicen).



Aquellos que le prometieron a la Virgencita de Guadalupe irse de rodillas a la Villa desde el Estadio Azteca, con pencas de nopal en la espalda y escuchando la discografía completa de Rigo Tovar en su Ipod, cumplirán con beneplácito y regocijo su promesa.

En este momento de efervescencia pelotera, se pueden aprobar las medidas más impopulares en el Congreso y nadie se dará cuenta o no les importará, pues ganó el Tri.

No importa que el Gobierno del Distrito Federal nos permita circular con nuestros autos únicamente cinco días a la semana y aun así nos cobre impuestos completos. Lo que importa es que ganó el Tri.

Bien dicen que de la fe al fanatismo existe tan sólo un paso y de la afición al fanatismo la distancia es de menos de un paso.

Una vez más se comprueba que si Franz Kafka hubiera sido mexicano sería escritor costumbrista, pues solamente aquí existe la imagen del Santo Niño Pambolero a quienes le van a rezar los fanáticos cuando juega la Selección o el equipo de sus amores.



Esta imagen se encuentra en la Iglesia de San Grabiel (cómo dice mi azafata de tierra) en el barrio de Tacuba y hasta hace algunos años se acostumbraba vestirla con el uniforme del equipo que hubiera ganado el torneo nacional, pero cuando ganaron los Diablos Rojos del Toluca, el párroco se negó a que el Santo Niño portara la casaca de este equipo, por lo que optó que mejor se le vistiera con el uniforme del Tri. Delicado que es el Padrecito.



17.00 horas. Ya va llegando la manada de fanáticos del juego del hombre al gran jolgorio que se organizó en el Monumento a la Independencia para celebrar este triunfo, como si el crecimiento económico de México fuera del 9% anual o se hubiera descubierto en este país la cura del cáncer, el SIDA o de las crudas.

Al grito de Viva México ca… nijos, la raza da rienda suelta a sus emociones más recónditas  y todos se abrazan (y algún@s maños@s van más allá) demostrando su hermandad deportiva.

Ya están cerrados algunos tramos del Paseo de la Reforma generando mayor contaminación por los autos que se quedaron atorados y tienen que buscar otras rutas para alejarse de la zona y se gastan recursos para que las fuerzas de seguridad pública resguarden el monumento para protegerlo de los vándalos que nunca faltan. Pero esto no importa, ganó el Tri.

Como seguramente el festejo se va a llevar un buen rato voy a tener que dejar mi carcacha en la oficina, con la consiguiente mojada para llegar al Metro, el servicio de secado con la ropa puesta durante el recorrido y otra mojada para cuando salga. Pero esto no importa, ganó el Tri.

Y como decía mi abuela: “Bendita raza de bronce, con qué poco te conformas”.


Fin de Fiesta.


El próximo partido es contra Holanda. Yo creo que hasta aquí llegarán el Piojo y sus liendres.