Desde el homicidio de la niña Paulette
Gebara ocurrido en 2010 no aparecía un caso de nota roja en la primera plana de
los periódicos, pero llego el día, el maldito día de los espeluznantes y
macabrones sucesos en la colonia Narvarte.
El día 1º de agosto del presente año,
la nota principal en los diarios de circulación nacional fue el hallazgo de
cinco cadáveres en un departamento de esta colonia y, al parecer, uno de ellos
era el “fotorreportero” Rubén Espinosa, del que desde la semana anterior no se
sabía si estaba muerto o andaba de parranda.
El ahora occiso medio chambeaba a
destajo para la revista Proceso (poseedora de la neta del planeta y la única
que dice lo que otras callan), por lo que de inmediato se levantaron las voces
de cientos de amodorrados seudo intelectualoides izquierdosos ninis y de otros
tarugos que les creen a ojos cerrados, para denunciar el homicidio de otro
paladín de la libertad de expresión.
En esta segura ciudad de vanguardia
diariamente mueren cientos de personas víctimas de diversos delitos a las que
los distintos medios ni las pelan, pero no miren feo siquiera a uno de sus
miembros porque de inmediato sentirán la aplastante fuerza del cuarto poder.
Pero, a todo esto. ¿Qué es un
reportero?
La mejor definición que viene a mi
mente es una que vi en un artículo escrito por un cronista llamado José Gándara
en 1888 y que lo retrata perfectamente cuando dice:
“El Reporter es un caballero
complicado en periodista que va a todas partes, si lo llaman y si no lo llaman va también. Es un hombre
que presumiblemente lo sabe todo y qué sin presunción no sabe nada.
Suele ser el Reporter testigo
auténtico de todo lo que no ha sucedido, y lo que sucedió lo cuenta más veces
como puede, que como sabe.
Pero eso sí, se introduce a todas
partes, pregunta a todo el mundo, averigua lo que no le importa, en fin, es tan
impertinente como un grano en la punta de la nariz de la sociedad.”
Genial definición que sigue vigente
más de 125 años después.
Pero no nos desviemos del tema.
Ya después se supo que el susodicho
“trabajaba” en Veracruz y que por “amenazas” del gobierno del Estado había
puesto tierra de por medio, pues al Gobernador Javier Duarte no le gustó una
foto que le había tomado y que apareció en la portada de Proceso, pues lo había
retratado luciendo tamaña panzota, lo que decepcionó a todas sus admiradoras.
No dudo que el Gobernador de los
Frutsis sea una rata de dos patas, pero
que por una foto tomada por un ilustre desconocido lo haya amenazado de muerte,
como que está muy jalado de las greñas.
Ya pasado el susto y la sorpresa
siguieron las investigaciones y las autoridades informaron que entre los
muertitos estaban una “activista” y una “modelo” colombiana.
La “activista” se llamaba Nadia Vera y
en su currículum está el haber sido integrante de la Asamblea Estudiantil de
Xalapa y miembro de #Yosoy132 también de Xalapa, además de haber participado en
las protestas del 20 de noviembre de 2012, en contra de las elecciones
presidenciales, el PRI y por los periodistas asesinados en la entidad.
Chin… ya cualquier desmadroso se autodenomina
“activista” y con esto piensa que puede hacer lo que se le pegue la gana y
ocasionar destrozos sin ser castigado y la autoridad que ose hacerlo será tachada
de autoritaria, represora, enemiga de la libertad de expresión y además
hojaldra de mole.
Por lo que se refiere a la “modelo”,
lo primero que se supo es que era conocida como “Nicole” y que no tenía un
empleo formal, pero que trabajaba como “acompañante o escort” y que era
propietaria de un auto Mustang que no es cualquier carcacha. ¿De dónde mi
reina?
Ya después el Ministerio de Relaciones
Exteriores de Colombia la identificó como Milé Virginia Martín, quién ya tenía
viviendo algunos años en el país y que había llegado para “triunfar en el
modelaje”.
Los vecinos del edificio declararon
que la noche anterior hubo en el depa una pachanga en la que se escucharon a
todo volumen delicadas piezas de banda y salsa, lo que demostró que los ahora
occisos eran audiófilos de pura cepa.
Posteriormente los CSI-DF encargados
del caso por indicaciones expresas del Procurador y de Mancerita Corazón de León,
dieron a conocer que en una de las recámaras del depa se habían encontrado
restos de polvo blanco que no era precisamente talco y de yerba que no era precisamente orégano, por lo que sospechaban
que también habían estado presentes en la fiesta Doña Blanca y el Chamuco, al
que le habían quemado las patrullas.
Los protestosos profesionales de siempre,
de inmediato convocaron a una marcha en el manifestódromo del Paseo de la
Reforma, en la cual participaron cientos de convencidos defensores de los
derechos de los periodistas y de la libertad de expresión y otros tantos que no
sabían qué onda, “pero que marcharon porque estaba chido el desmadre”.
Asimismo, una organización que se
llama “Pen America” (de la que había pasado toda mi vida ignorante de su
existencia, lo que lamento terriblemente) le mandó una carta a Peñita en la
que, palabras más palabras menos, le “urge” a:
“Garantizar el esclarecimiento
inmediato y efectivo de los asesinatos contra Rubén Espinosa y la enorme
cantidad de periodistas en México que han caído como él, y la investigación sin
contemplaciones de los funcionarios estatales y municipales que, en cada caso,
se puedan haber visto involucrados.
La revisión inmediata de los
mecanismos para la protección de periodistas y el compromiso efectivo de su
gobierno para garantizar la libertad de expresión en México.”
De por si algunos “periodistas” se
sienten seres ultraterrenos, casi paridos por las nubes, a los que el Estado
tuviera la obligación de cuidar como si fueran el último de los dodos, mientras
que a los simples ciudadanos se los cargue el payaso por no ser miembros de esa
élite.
La misiva de referencia fue signada
por 636 “intelectuales” de todo el mundo, que siempre dejan firmadas un bonche
de hojas en blanco para lo que se pudiera ofrecer.
Entre los “abajo-firmantes” que se me
hicieron conocidos están los siguientes:
Mariclaire Acosta. Ruquita dizque
defensora y promotora de los derechos humanos y la clásica contreras de todo lo
que huela a oficialismo, pero que no desdeñó ser Subsecretaria en la Secretaría
de Relaciones Exteriores en la primera mitad del sexenio del amigocho Fox.
Sergio Aguayo: Doctor en Relaciones
Interplanetarias y denunciante profesional de las atrocidades del gobierno en
turno.
José Agustín: Celebérrimo escritor,
representante de la literatura de la onda y catador de la yerbita vaciladora.
Autor de la novela “La tumba” que por poco se va a la ídem cuando en 2009 se
cayó de una plataforma de dos metros de altura y se rajó el coco, por lo que
quedó medio menso.
Homero Aridjis: Muchacho naturalista
(activista ecologista) y excelso poeta que en el aire las compone.
Presupuestívoro profesional, pues siempre anda a la pepena de becas oficiales
para seguir viviendo del cuento.
Lydia Cacho: Rabiosa feminista cuyo
celo por la defensa de las mujeres raya en la androfobia.
Noam Chomsky: Santón de los marxianos
trasnochados que todavía creen en la izquierda libertaria y en los Santos
Reyes.
Alfonso Cuarón: Director de cine que a
raíz de haber ganado un Oscarín, ya se siente el Ingmar Bergman Región 0.
Guillermo del Toro: Otro director de
cine inflado (literalmente) que con sus mafufadas ha encantado a una bola de
tarugos productores extranjeros que le han soltado lana a placer.
Denise Dresser: Otra politóloca que le
tira a todo lo que se mueve y que se encabrita con cualquiera que no esté de
acuerdo con ella.
Gael García Bernal: Chairolastra que
no pierde oportunidad de participar en lo que sea que le represente publicidad
gratuita.
Lorenzo Meyer: Otro Doctor en
Relaciones Interplatanarias y ferviente seguidor de Carlitos Monsiváis pues al
igual que éste, lo mismo diserta magistralmente sobre el vuelo nupcial de la
mosca prieta que de la fisión del átomo de hidrógeno.
Héctor Ortega: Actorazo y guionista
cinematográfico al que por ser un señor de las ocho décadas, desafortunadamente,
ya se le van las cabras.
Salman Rushdie: Como se la vive
escondido debido a la fatwa que pende sobre su cabeza, de vez en cuando se
asoma para que no se olviden totalmente de él.
Juan Villoro: Escritor y dizque
periodista que brinca de inmediato si alguien ve feo a algún colega y que es
más conocido por ser hijo del filósofo Luis Villoro que por otra cosa.
Los demás abajo-firmantes son
conocidísimos en su casa y les hablan de tú.
Después se supo que habían agarrado a
un supuesto participante en la masacre al que después de someterlo a modernas
técnicas científicas de interrogatorio (calentadita y pocito) declaró todo lo que
querían saber las autoridades y hasta más, por lo que se anunció que pronto se daría
con los demás culpables de la masacre.
Y podemos estar seguros que así será
pues el Gobierno del Distrito Federal siempre cumple sus promesas, como aquella
de que con el incremento al precio del boleto del metro ya no habría comercio
informal.
Por lo pronto las redes sociales y los
guerrilleros del ciber-espacio ya juzgaron y condenaron al panzón Duarte y
aunque después se descubra que todo esto fue producto de un vulgar robo o
pleito entre narcomenudistas ninguno de estos paladines de la libertad de
expresión lo creerá, aunque se los demuestren con los pelos de la burra en la
mano.
Gran
descubrimiento.
Se informó que en un predio en la calle
de Guatemala a espaldas de la Catedral, en una excavación, se descubrió un
tzompantli.
Ya sólo falta que el Pejeloco diga que
son los restos de los ayotzinapos y que el gobierno trata de ocultar la verdad diciendo
que son restos arqueológicos.