Hace
unos días nos enteramos de las declaraciones de Peñis Lolis de que el Preciso
no se levanta con ganas de joder al país.
Y que
bueno que sea así, pues de lo contrario, estaríamos peor que como estamos.
Pero también
por esos días nos enteramos de que unas ratas si se levantaron con ganas de
joder y, al grito de "este es un asalto chido", desplumaron a
indefensos paisanos que en camión proveniente de la capital mundial de los
cacles, esto es, San Mateo Atenco, hacia
el ex DF, se dirigían ellos si a trabajar honradamente.
Pero
como decía Luisito Álvarez "El Haragán" se les hizo fácil, pero no
contaban con que a bordo del chimeco se encontraba un emulo de Charles Bronson
que, al más puro estilo del Vengador Anónimo, los dejo ir y cuando ya estaban
celebrando, saco el cuete y plomeo al póker de ratas y no sólo eso, sino que también
los remató para asegurarse de que no siguieran jodiendo y los dejo tirados en
la carretera como los viles desperdicios humanos que eran.
Como
todo un caballero les devolvió sus pertenencias a los atracados y le pidió al
operador que siguiera su camino y lo bajara más adelante y se perdió en la lejanía,
como aquellos vaqueros de película que después de haber hecho su buena obra, se
retiraban rumbo a la puesta del sol sin esperar agradecimiento.
Chin. Ya quedan muy pocos de estos héroes que dan todo sin nada a cambio.
Cuando
llegaron los cuicos, los pocos pasajeros que se atrevieron a hablar dijeron que
no habían visto nada, pero las autoridades ya lo están buscando y espero que
sea para agradecerle por estar haciendo el trabajo que ellos no hacen.
También
se supo que en Aguascalientes otra rata fue eliminada a sartenazos por un trio
de iracundas féminas que le dejaron la mollera blandita como jitomate pasado,
pues golpeó a una de ellas y ya se llevaba algunas cosas cuando lo apañaron.
En
este caso las ñoras, tuvieron la suerte de encontrarse con un juzgador
inteligente y consciente que consideró que habían actuado en defensa propia.
Reportes
como los anteriores son cada vez más frecuentes y, sólo demuestran el hartazgo
de la gente ante la ola de delincuencia que azota al país, aunque las
autoridades lo nieguen y digan que eso no es cierto y que quienes lo dicen,
solamente quieren desacreditar al tres veces H. Gobierno (de dónde sea).
Pero
como siempre, no faltan las buenas conciencias y los organismos defensores de
las ratas, perdón, de los derechos humanos que se rasgan las vestiduras y
lloran como plañideras por estos tipejos y hasta dicen, ojo por ojo y diente
por diente, y todos quedaremos ciegos y chimuelos. Que no masquen.
Por su
parte el Procurador del ex DF se llena la boca al decir que los delitos han
bajado y seguramente sabe que le hace al Tío Lolo pues si la estadística no es más
grande se debe a que la gente no acude a denunciar porque pierde muchas horas
para que la atiendan y todavía tiene que enfrentarse a un agente del MP que lo
trata como si el afectado fuera el delincuente.
Ya después
en el remotísimo caso de que la tira logre agarrar al delincuente se tendrá que
ratificar la denuncia y carearse con la rata y ahora también enfrentarse con la
familia de ratas que lo amenazarán para que se retire la denuncia, pues el
acusado es una blanca paloma.
Yo he
corrido con suerte y en mí ya larga vida
sólo me han atracado cuatro o cinco veces la primera cuando iba en
secundaria y la última hace como cinco
años en la que tuve un paseo adicional por varias horas a fin de que las ratas
pudieran sacar más dinero de la tarjeta de crédito.
Solo
los que han sido asaltados podrán describir la inmensa rabia e impotencia que
se siente de que le quiten a la mala las cosas que con tanto esfuerzo se han
obtenido mediante un trabajo honesto y
que todavía se burlen, golpeen y en el peor de los casos hasta te maten.
Así
que es mejor no hacerla de tos y ponerse flojito y cooperando aunque se esté uno
muriendo del coraje y, como sea, el dinero se recupera, pero la vida no retoña.
Mi
abuela, que era un pan de Dios, decía de estos malandros, no hay que juzgarlos. Pobrecitos, seguramente
tienen necesidades y familia que mantener y por eso se ven obligados a robar.
Yo soy
igual que mi abue, un pacifista a toda prueba e incapaz siquiera de aplastar a una hormiga y
no podría llegar al extremo de echarme al plato a alguna de estas cucarachas y,
lo más que haría, sería darles unas pasaditas por su lomito con el rallador de
pan hasta que quedaran bien rojitos y luego dejarlos marinando toda la noche en
una vinagreta de sal, limón y chile manzano en polvo y después dejarlos al sol para
que quedaran bien doraditos y por último los entregaba a los afectados para que
desquitaran su coraje.
Pero también opino como mi ídolo Arturo "El Caballo" Montiel, que con su célebre frase "los derechos humanos son para los humanos, no para las ratas", ganó con una amplia ventaja la gubernatura del Establo de México.
Ahora
fue en Naucalpan donde otro emulo, ahora de Mario Almada, plomeó a dos ratas
que asaltaron una camioneta de transporte público pero ahora,
desafortunadamente, resulto muerta una pasajera.
Que
descanse en paz esta inocente y que las ratas se pudran en lo más profundo del
averno, en donde un par de chamucos les estén picando los tompiates con sus
trinches, por toda la eternidad.
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